Hoy seguiremos con nuestro recorrido por la historia de la cerveza, donde lo habÃamos dejado ayer es decir el principio de la era cristiana. Si el vino tuvo los favores de los romanos, fueron sin embargo ellos quienes introdujeron la cerveza en la penÃnsula ibérica. Es desde ahà que la difusión se extenderÃa hacia toda Galia y después hacia Germania. Estos últimos fabricaban la cerveza con cebada, trigo o avena aromatizándola con jengibre, o miel. Esta cerveza germana se expandió a los pueblos vecinos del norte y este de Europa quienes la adoptaron como bebida nacional hacia el siglo III de nuestra era. Para entonces se le conocÃa como “Cerveciaâ€?, en referencia a la diosa “Ceresâ€?, diosa de los cereales y de las cosechas. Por su método de elaboración la cerveza no presentaba ningún riesgo y se integraba perfectamente a la dieta cotidiana de los pueblos europeos. Los galos aportaron elementos importantes a la evolución de la cerveza como nuevos procesos de fermentación y el tonel de madera para su conservación y transporte. La elaboración de la cerveza no conocerÃa ninguna evolución y no rebasarÃa los lÃmites de la fabricación artesanal hasta el siglo IX cuando el interés del Emperador Carlos Magno por la cerveza le permitirÃa conocer un desarrollo importante… (Leer también “Historia de la cerveza, parte Iâ€?)