Ya habÃa mencionado en post anterior de las desventajas de abstenerse de votar en las elecciones. Con los resultados de la elección que prácticamente dota a Chávez de un poder absoluto en Venezuela, el abstencionismo nuevamente hace de las suyas.
A las elecciones legislativas solamente acudió a las urnas cerca del 25% del electorado. Los resultados, que definen la composición de la Asamblea Nacional (y que tiene facultades para enmendar, incluso, la constitución) los escaños quedaron en poder de simpatizantes chavistas, abriendo el camino para una posible (por no decir segura) reelección.
La oposición prácticamente desapareció mediante un boicot orquestado por ellos mismos y que no produce ningún efecto. Como medida de protesta no cambió en nada el curso de las cosas y en cambio sà permite que existan canales para legitimar la voluntad de unos cuantos, al mismo tiempo que reduce a un grado mÃnimo la participación de los electores en las decisiones de su paÃs. Dicha participación es un requisito indispensable para que las elecciones reflejen las preocupaciones y expectativas de los ciudadanos.
Sin embargo, cuando la mayor parte de la población no se expresa ni toma partido alguno, su silencio no dice mucho. Éste puede ser interpretado de cualquier forma, no necesariamente como una protesta, y deja en serias contradicciones el asunto de la legitimidad. ¿El resultado de las elecciones es legÃtimo puesto que tres cuartas partes del electorado no participó? ¿se puede dudar de la legitimidad de los deseos de quienes sà lo hicieron? ¿qué alternativas quedan ante el boicot electoral?
Mi opinión es que no votar es una posición dudosa que no incide en los resultados. Ante la falta de confianza que inspiran las instituciones chavistas, retirarse de la contienda tampoco mejora la situación. Para decir un sà o un no lo mejor es, a mi parecer, tomar algún partido.
Completamente de acuerdo contigo Caro. 🙂
En estas elecciones de 2006, ¡Todos a votar! Aunque ninguno nos guste. 🙁
Debo confesar que no me gusta votar, no por estar en contra. Hace algunos años habÃa un «test» en reforma.com y te decÃa quién era tu candidato afÃn.
Resultó que Porfirio Muñoz Ledo era mi candidato, sà el mismo que luego andaba con aliento alcohólico. ¡Vaya susto!
En mi opinión los medios no difunden la plataforma polÃtica de los candidatos como deberÃa ser y eso conlleva a las decepciones como sucedió con Vicente Fox.
Y tampoco veo que los candidatos difundan como deberÃan su ideologÃa y propuestas. Sólo puras promesas en los eventos polÃticos.
Cuando conozca las plataformas de todos los candidatos y hasta que me convenza uno de ellos al 100% votaré.
O hasta que sea yo candidato a la Presidencia de la República, jajaja…
Saludos!!!