Condesa 23.45
Konitshua. Sólo por respeto a ustedes hablaré en la lengua local. Aprendà el español de México en Tanoshii, cuando vi la luz por primera vez… pero no hace tanto tiempo en realidad. Aunque fue con mi primer y único dueño con quien he lubricado más los engranajes del lenguaje. “Los engranajesâ€??… eso me gustó ji ji. Jem, disculpen, decÃa que aunque fue con mi dueño actual con quien he aprendido más del idioma, no fue nada fácil. Al principio el vocabulario era muy reducido:
“Anda que te quiero cogerâ€?- decÃa. “Te gusta sentirla dentro ¿no? ¡DÃme! ¡Te gusta ¿no? Cerdo! ¡No sabes cuánto me excitas!â€?. Esa fue la gramática con la que empecé. Luego subió de tono.
Yo creÃa que asà era el mundo hasta que un dÃa, por azares de una mudanza pude conversar con un colchón que solÃa vivir a una recámara de distancia sin que yo lo supiera. Era un colchón que estaba en sus huesos, demacrado y hundido en partes. ParecÃa toser, crujÃa mucho pero tuvo a bien de platicarme sus experiencias que en el mundo y todo eso.
-Pues nada.
-¡¿Cómo?!
-AsÃ. Nada de nada. Si fuera por lo menos como te ha tocado a ti, serÃa genial. Pero aquà sólo son baños de polvo y sol cada dÃa y el frÃo helado de la noche. Ocasionalmente me despierta el perro, el cual se trepa para espiar a la gente y a otros canes por la ventana. Me duele todo. Tengo los resortes vencidos, ya no.. ¡cof! Ya no recupero la forma como antes, pero darÃa la vida por estar en tu lugar…
Le contesté que no estaba de acuerdo, que para mà era un martirio tener a uno, dos, tres o más hombres encima enfrascados en una lucha pasional por horas, mojándome de sudor, de cremas resbalosas y fluidos corporales y escuchando sus palabras altisonantes. Me siento mal, vejado en mi honor… como violado. Sólo soy un juguete masoquista para esa bestia. Todas la mañanas me despierta a cachetadas que porque soy un “¡maldito futon!�, me insulta y me denigra y lo peor… es que me está gustando.
-Ese es el espiritu- me contestó el viejo camastro. Yo en cambio tenÃa un dueño antes de venir aquà y era muy extraño. SolÃa tener compañÃa femenina muy de vez en cuando y se tardaban horas en sentarse sobre mÃ. Y finalmente cuando ya dejaban de temblar se acercaba uno a la otra de un brinquito que hasta a mà me ponÃa nervioso; se besaban en un solo beso silencioso que parecÃa alargarse hasta la exasperación como si hubieran perdido el manual en algún momento y finalmente se acostaban de un jalón, tensos como las relaciones entre israelÃes y palestinos. Entonces se relajaban un poco más y entraban en asuntos más serios aunque desde mi óptica parecÃa como si los muertos rescucitaban. Al final, una presión rápida, un gemidito, se levantaban y se iban… ¡ y esos eran los mejores quince minutos de acción que recibÃa al mes! ¡El perro se divertÃa más limpiándose el culo! Sólo una vez que tuvo visitas, me agasajé como no tienes idea, eran unos morbosos de primera que trajeron su propia colchoneta. ¡Ella era lo máximo! Me contó que sus dueños, una pareja de veinteañeros la llevaban por todos lados: la montaña, los pueblitos cerca de la gran ciudad, las praderas del picnic dominical y hasta la playa. De hecho fue en la playa donde le tocó de todo: arena, crema bronceadora con olor a coco, sudor, hormona y adrenalina, fiestas todas las noches y miles de visitantes derramando vodka, ginebra, cervezas: ¡ esa colchoneta sà que la pasaba bien!
Ahora, las anécdotas del camastro resuenan en mi cabeza. Algunas noches cuando veo la luna fuera de la ventana como hoy, me gustarÃa poder estar ahÃ, en la playa, con esos olores y sabores y me imagino que… Oh oh… Ahà viene… y escucho a uno, dos… ¡tres! ¡Pues a qué hora duerme?
En fin, sayonara.
…futon/tanoshii en mayorga -como llegue a este blog -coincidencias !!! ah ! [que miedo]
La vida tiene sus tintes de ensoñación…? [le fuck]