Ahora ya se encuentra con el creador…
Ahora será él quien escuche las narraciones de Don �ngel Fernández.
La pregunta es ¿cómo serán sus narraciones? ¿Qué apodos les pondrá por ejemplo a Moisés o a San José?
No lo sabremos, pero imaginamos que serán con la misma calidad e intensidad como lo hizo en su vida terrenal.
Estamos seguros que no nos defraudará.
Ã?ngel Fernández marcó un antes y un después en la crónica deportiva de este paÃs. Fue para muchos un ejemplo a seguir.
A muchos no gustaba, pero a otros, a la gran mayorÃa, deleitaba. Era un placer escucharlo cada fin de semana.
No sólo en el terreno profesional muchos lo imitaban, en las cascaritas de algún barrio de este paÃs, aparecÃa ese estilo caracterÃstico de la narración, los niños de esa época comentábamos las incidencias de nuestro juego.
Su peculiar estilo provocó el surgimientos de miles de aficionados al fútbol y no por el fútbol mismo, sino por el cómo lo narraba.
De un aburridÃsimo encuentro, él lo convertÃa, en una “Odiseaâ€?, en una “Guerra de Titanesâ€? , en una “Batalla Medievalâ€?, en un duelo al estilo de los “Mosqueterosâ€?, o bien como en el “Viejo Oesteâ€?.
Se encargó de inmortalizar a equipos y jugadores.
Fue de las primeras personalidades que entendió y aplicó el poder de la palabra.
Entendió la transición del deporte narrado en radio y después en televisión.
Pero sobre todo se dio cuenta de la importancia de un medio de comunicación en una sociedad como la nuestra: Él, junto con otros comentaristas de Televisa, empresa que tenÃa los derechos de selección mexicana en su preparación para el mundial del 78, inflaron demasiado al equipo.
Nos decÃan durante los juegos previos que ahora si “la esperanza verdeâ€? darÃa el estirón, que el “equipo de todosâ€?, iba a dar la sorpresa en la justa mundialista.
La realidad fue otra, de todos conocida.
Desde 1960 hasta 1979, narró para Televisa cientos de partidos de fútbol; después pasó a las filas de Canal 13 y estuvo ahà hasta el 83. En los 90’s volvió a Televisa y en los últimos años se refugió en la radio.
Quizás ya se encuentra narrando allá arriba: “… a todos los que quieren y aman el fútbol, esto es el juego del hombreâ€?. O a lo mejor se encuentra jugando una cascarita con el “Confesorâ€? Cornero o bien tirándole unos fogonazos al “Supermanâ€? MarÃn.