Los transgénicos no serán la solución para corregir el rezago agrotecnológico de México frente al mundo, no paliarán la crisis alimentaria que enfrenta nuestro paÃs ni incrementarán la producción nacional de maÃz, como lo asegura Alberto Cárdenas, titular de la SecretarÃa de Agricultura, GanaderÃa, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa), señaló Greenpeace.
Permitir las siembras experimentales con maÃz transgénico en territorio mexicano a partir de 2009, como lo pretende la Sagarpa, es un grave error que puede costar muy caro a los agricultores nacionales. Existen en el mundo evidencias claras de que este tipo de cultivos han dejado consecuencias nefastas para el campo, los productores y el medio ambiente. A pesar de ello, el gobierno federal ha ignorado todas las recomendaciones emitidas por la comunidad cientÃfica y los comentarios vertidos por ciudadanos mexicanos que exigen protección para las 59 variedades de maÃz que existen en nuestro paÃs ante la amenaza de contaminación con maÃz transgénico.
Con el reciente decreto de modificación al reglamento de la Ley de Bioseguridad de Organismos Genéticamente Modificados (LBOGM), sin someterlo a consulta pública como lo mandata la Ley Federal de Procedimiento Administrativo y evadiendo la implementación de un verdadero régimen de protección especial del maÃz; Cárdenas trata de infringir la ley para hacer el camino más fácil a las empresas agrobiotecnológicas como Monsanto, Syngenta, Pioneer y Dow Agrosciences y que puedan iniciar las siembras experimentales con maÃz trasngénico.
“El apuro mostrado por Alberto Cárdenas, al asegurar que ya llegó el momento de dejar la actitud defensiva y, por lo mismo, abrirle la puerta a los granos y alimentos transgénicos, es una evidencia más de que el Secretario es el principal promotor de las transnacionales que han presionado en los años recientes al gobierno federal para que permita las siembras experimentales en México. Es evidente que Cárdenas tiene conflicto de interés y que no apoya a los productores de maÃz, sólo responde a las presiones de las empresas agrobiotecnológicas que pretenden liberar al ambiente sus patentes de maÃz transgénico en nuestro paÃs, que es el centro de origen y diversidad genética del granoâ€, explicó Aleira Lara, coordinadora de la campaña de agricultura sustentable y transgénicos de Greenpeace.
La administración de Alberto Cárdenas se ha caracterizado por una total desatención a los campesinos mexicanos y un desmantelamiento de la producción de maÃz nativo. Ha promovido polÃticas entreguistas, apertura total a las importaciones de alimentos básicos y ahora le miente a los mexicanos al asegurar que el maÃz transgénico reactivará el campo cuando la propia SecretarÃa de Agricultura de Estados Unidos ha reconocido que el maÃz transgénico no ha incrementado los rendimientos en su producción.
Lejos de brindar una solución, la tecnologÃa de los transgénicos plantea un nuevo problema para los agricultores. Por sembrar semillas transgénicas de Monsanto o por contaminación accidental y sin que tengan conocimiento de ésta, cientos de productores agrÃcolas de Estados Unidos han sido forzados a pagar millones de dólares en más de 112 demandas presentadas por esta empresa lÃder en materia agrobiotecnológica. Monsanto controla el 90 por ciento del mercado global de semillas transgénicas, sobre las cuales detenta varias patentes que le otorgan derechos exclusivos durante 20 años.
México es centro de origen del maÃz, uno de los granos más importantes a nivel mundial, y no cuenta con un verdadero marco de bioseguridad. El gobierno mexicano, poniendo en riesgo nuestra diversidad, riqueza genética y soberanÃa alimentaria, importa cerca de 8 millones de toneladas anuales de maÃz de Estados Unidos, sin especificar si se trata de maÃz convencional o transgénico.
Además, está permitiendo el ingreso de semilla hÃbrida contaminada con semillas de maÃz transgénico patentadas, lo cual pone en evidencia la incapacidad de nuestro gobierno para instalar un verdadero sistema de biomonitoreo en las aduanas y su complicidad con las empresas transnacionales que están contaminando poco a poco los cultivos de maÃz convencional. Aunado a esto, nuestro paÃs carece de un sistema de etiquetado que brinde al consumidor el derecho a elegir si desea o no comer alimentos transgénicos.
“El gobierno mexicano, al dar luz verde a la siembra de maÃz transgénico, sin la previa instalación un sistema de inspección y biomonitoreo en las aduanas y sin un sistema de etiquetado de los productos para consumo humano, estarÃa violando el principio precautorio que mandata el Protocolo de Cartagena, del cual es signatario, y estarÃa omitiendo su responsabilidad de proteger a uno de los centros de origen más importantes en el planeta y la salud de los mexicanosâ€, enfatizó Lara.
La situación es muy grave pues recientemente la Unión de CientÃficos Preocupados de Estados Unidos, (UCS, por sus siglas en inglés) reconoció que la industria agrobiotecnológica ha creado variedades de maÃz transgénico para producir quÃmicos, fármacos y productos industriales. El Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA, por sus siglas en inglés) aprobó alrededor de 400 solicitudes de este tipo de maÃz para experimentaciones abiertas al medio ambiente.
Los cultivos transgénicos autorizados para fármacos y productos industriales se encuentran en lugares aledaños a los cultivos de maÃz con fines alimenticios, por lo que es probable que exista contaminación de éste último por la mezcla de semillas y polen. Las sustancias activas que contienen estas variedades de maÃz transgénico podrÃan causar daños graves en la salud humana y animal, por ello, es alta la probabilidad de contaminación de la cadena alimenticia y del medio ambiente.
La contaminación con este tipo de transgenes es muy delicada, pues se trata de sustancias como anticoagulantes, vacunas y plásticos que no son aptos para consumo humano y animal. Si México sigue importando maÃz de Estados Unidos sin revisar de qué variedades se trata persistirá la incertidumbre de llevar a nuestra mesa maÃz contaminado y poner en riesgo nuestra dieta.
“Demandamos a Alberto Cárdenas, titular de la Sagarpa y a Felipe Calderón, jefe del Ejecutivo, que como servidores públicos que cumplan con el mandato de la sociedad mexicana para proteger la soberanÃa alimentaria, el derecho a alimentos sanos que no dañen el medio ambiente y nuestra gran riqueza genética, para lo cual es urgente la prohibición del maÃz transgénico en México y la implementación de polÃticas públicas que incentiven la producción nacional de variedades de maÃz mexicano. Solicitamos a la ConsejerÃa JurÃdica de la Presidencia de la República que dé respuesta a nuestra solicitud de una reunión para hacer entrega de los comentarios emitidos por diversos sectores de la sociedad que exigen un verdadero régimen de protección especial al maÃzâ€, concluyó Lara.
Comunicado Greenpeace México